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Esta máscara está inspirada en las virtudes restauradoras de la ciencia magnética. ¿El producto revolucionario? Un gran avance tecnológico en el cuidado de la piel antienvejecimiento, que combina la experiencia sensorial de una mascarilla facial hecha en un salón con tecnología de partículas magnéticas para repeler el envejecimiento de la piel como un campo de fuerza. Concretamente, esto quiere decir que esta mascarilla se esparce normalmente sobre la piel del rostro pero luego se retira con la ayuda de un... ¡imán! O un imán para los que prefieran. Sí, sí, entendiste bien. Su fórmula a base de polvo de hierro es activada por partículas magnéticas: juntas generan interacciones electromagnéticas para reducir los signos del envejecimiento y borrar los efectos del estrés en la piel. Para usarlo nada más sencillo, te lo aplicas como una mascarilla clásica y en lugar de enjuagar con agua o retirarlo con un algodón, envuelves un imán con un pañuelo y te cepillas el rostro. Las partículas de la mascarilla se "agarran" inmediatamente al tejido (o al imán si lo prefiere) sin necesidad de poner el imán en contacto con la piel. Los más escépticos pueden pensar que queda un pequeño residuo en la piel. ¡No! Todas las partículas de la mascarilla se adhieren al pañuelo y la piel se limpia de todas las impurezas. Te dejamos descubrir la prueba en vídeos:
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